Velorio

Sus manos, mis manos, nuestras manos. Mis ojos, sus ojos, nuestros ojos. Su piel, mi piel, nuestra piel. El silencio, nuestro silencio, el silencio con ruido, el ruido que provoca el silencio, los silencios que se escapan, mi silencio. Tus ojos, mis ojos, nuestra mirada. La agonia, el vacio, la tarde, el vuelo de las aves, cientos de sucesos que no se quedan en mi memoria, miles de momentos que aturden al no poder ser recordados, tal vez ni siquira llegan a decenas, tal vez no existieron, tal vez ya no soy. Tu caricia, mi caricia, nuestras caricias, batallas, guerras, conquistar tu piel. Soledad, las ventanas sucias, la cama destendida, el ladrido de los perros, el mar que golpea en soledad la playa sola.
Aprieto mis puños como queriendo tarspasar la palma de mis manos. Llevo mis manos otra vez a mis ojos, no se, si para sostener mis ojos o para sostener mi cabeza que no guarda ya fuerzas, o para detener las lagrimas, o para contener las aguas de mis lagrimas, a para parar las lagrimas de mi llanto... ya no lloro, ya no siento, ya no escucho. Matematico, estoy matematico, obtuso, absurdo, mecanico y las lagrimas que siguen escapando sin llorar.
Azulado, grisaceo, triste, deprimido, vacio, basto, blanco, monocromatico, de reflejos, de nadas, sin hadas, sin dioses, sin virgenes, metalico, los colores de la tarde que se fuga, que no acaba de quedarse, que no acaba de huir, gris, abandonado, ceroso... muy metalico.
Tu cuerpo ahi, frio metalico y yo... que no paro de llorar.